Ana Garralón
En el artículo de Ana Garralón, el primer apartado critica
las tendencias de la literatura infantil y juvenil, y la ausencia de críticos
desde el ámbito filológico. En la otra parte del artículo podemos ver qué
aspectos se necesitan para ser buenos críticos con la LIJ, así como las
dificultades que puede tener uno mismo frente a este tipo de literatura.
Seguidamente, la autora comienza planteando el
primer problema que hay con este tipo de literatura (infantil) y es que ésta es
creada, criticada y supervisada por los adultos, aunque los receptores son los
niños.
Por consiguiente, Garralón dice que no es fácil
entender el concepto de crítica, y por ello aclara estos tres conceptos:
seleccionar, evaluar y criticar. La selección es escoger de entre las
posibilidades que da un listado, sin que haya un criterio fundamentado. La
evaluación sí que implica una selección con criterio razonado. Y por último,
criticar es focalizar esa evaluación proyectándola hacia un grupo objetivo
determinado.
Finaliza diciendo que es necesario que la infantil tenga espacios de
opinión y crítica, para que así haya una mayor variedad de juicios para que
sean instrumentos útiles para aquellos que quieren potenciar una literatura
infantil de calidad.
Desde mi punto
de vista, he de comentar que muy a mi pesar, la gran mayoría de los niños ven
la lectura como algo aburrido y obligatorio, y no como una forma de
entretenerse o de divertirse. Pero si bien para eso estamos los docentes o
futuros docentes, para guiarles y ayudarles a elegir libros que les motiven a
seguir haciéndolo.
En definitiva
estoy de acuerdo con la autora en demandar una crítica más profunda para lo que
se apuntan una serie de pautas y se describen distintos puntos de análisis
desde los que abordar una obra, siendo así más amplia y analítica, y así
conseguir una mayor posición para la literatura infantil.
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